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MARY SOMERVILLE

Mary Fairfax Greig Somerville, nacida en Escocia en 1780, matemática, astrónoma y científica autodidacta, fue una de las mujeres, en su época, que con más pasión se dedicó al estudio de las matemáticas y al conocimiento de los avances científicos, popularizando la astronomía y escribiendo multitud de ensayos de estilo riguroso y didáctico. Es conocida como "La Reina de las ciencias del siglo XIX".

Mary pasó su infancia en el campo, en contacto con la naturaleza, lo que estimuló su carácter observador, pero sin una formación básica. A los diez años apenas sabía leer, por lo que su padre decide enviarla a un internado.

A los trece años conoce al Dr. Somerville, quien le despierta el interés por las mujeres sabias de la antigüedad y le anima a aprender latín. En un curso de pintura y danza descubre cuestiones de perspectiva y geometría que había leído en los Elementos de Euclides.

Sus primeras experiencias de resolución de problemas consisten en solucionar los pasatiempos matemáticos de las revistas. Además, cuando el tutor de su hermano le daba clase, Mary estaba presente, y resolvía con gran rapidez las cuestiones planteadas a su hermano. Viendo su interés por las Matemáticas, accedió a comprarle libros, ayudarle a leerlos y a resolver los problemas del primer libro de Euclides. Al poco tiempo se ve sobrepasado por el nivel alcanzado, habiendo ya leído los Elementos de Euclides y el Álgebra de Bonnycastle.

A los 24 años se casa con Samuel Greig, capitán de la marina rusa y sin conocimientos científicos. Mary aprovecha la libertad que le supone este matrimonio para continuar sus estudios matemáticos. Tres años después muere su marido, y ella se encuentra con una independencia económica que aprovecha para dedicarse a su verdadera pasión, las matemáticas.

Su primer éxito consiste en ganar una medalla de plata por la solución de un problema sobre ecuaciones diofánticas en el Mathematical Repository. Sus amigos le animan a seguir estudiando y poco después lee los "Principia" de Newton.

Se vuelve a casar con su primo William Somerville, médico y con interés por la ciencia. Se traslada a Londres, donde encuentra un interesante ambiente científico. Se interesa por los trabajos de Babbage y su Máquina Analítica. Conoce a Ada Lovelace, quien le anima a estudiar matemáticas, siendo su mentora. Sus amigos le envían libros y trabajos científicos, la invitan a conferencias y acuden a la casa de los Somerville para compartir sus experimentos. Mary comienza a desarrollar sus ensayos (“Refracción de los rayos solares”, “Acción de los rayos solares sobre jugos vegetales”, “Transmisión de los rayos solares en diferentes medios“, etc.). Trabaja en lo que podría considerarse un antecedente de la fotografía, observando los efectos de decoloración que se producen sobre papel bañado en cloruro de plata expuesto al sol.

Lord Henry Brougham, presidente de la Cámara de los Lores y gran admirador de Mary, escribe a su marido instándole a que la convenza para traducir la "Mecánica Celeste" de Laplace. Este trabajo le supone cuatro años durante los cuales demuestra una organización admirable. La obra de Laplace es larga y compleja (John Playfair afirmaba que apenas hay una docena de matemáticos capaces de siquiera leerla, mientras que en una visita que Laplace efectuó a los Somerville, éste comentó que sólo dos mujeres habían sido capaces de leer la Mecánica Celeste, ambas escocesas, la señora Greig y Mary Somerville, quedando sorprendido al comprobar que se trataba de la misma persona). La traducción de Laplace resultó algo más que un trabajo mecánico ya que añadió comentarios simples y claros que permitían una mejor comprensión de la obra. En su amplia "Disertación Preliminar" incluyó todas las matemáticas necesarias, una historia del tema con explicaciones mediante dibujos, diagramas y comprobaciones matemáticas que ella misma realizó. Este trabajo fue reimpreso posteriormente y se difundió por separado, dado su interés.

Continuó escribiendo, interesándose por el estudio de fenómenos físicos tan de moda entonces. Su siguiente publicación, en 1834, fue "Sobre la conexión de las ciencias físicas". Los trabajos de Chladni sobre placas vibratorias le inducen a dibujar los diagramas de estos experimentos sobre los que también se había interesado Sophie Germain.

Por su interés demostrado en astronomía, fue nombrada junto con Carolina Herschel miembro honorario de la Real Sociedad de Astronomía siendo las primeras mujeres que obtuvieron tal honor. Sin embargo, Mary no asume el derecho a visitar dicha sociedad si no recibe una invitación especial para ello.

Obtiene, además, muchas otras distinciones, de la Real Academia de Dublín, de la British Philosophical Institution y la Societé de Physique et d´Histoire Naturelle de Ginebre. La reina Victoria le concedió una pensión anual de 200 libras esterlinas, aumentada dos años más tarde a 300 libras. Era por tanto una persona de alto prestigio en la comunidad científica, totalmente reconocida en diferentes países y se sentía feliz por poder disfrutar de una independencia económica que le permitía seguir estudiando.

Tras una etapa en Italia, por motivos de salud de su esposo y sin abandonar sus estudios, publica en 1848 "Physical Geography", un manuscrito que estuvo a punto de quemar, pero que su marido y John Herschel le convencieron para que no lo hiciera. Se hicieron de él siete ediciones.

Sufre una fuerte depresión tras la muerte sucesiva de su marido y uno de sus hijos. Sus hijas la animaron a que iniciara un nuevo proyecto. Vive entonces en Nápoles y con 85 años comienza a escribir su cuarto libro, "On Molecular and Mycroscopic Science" (1869 ) y revisa su libro "On the theory of differences". A los 89 años escribe su autobiografía y sigue estudiando matemáticas aun con 92 años. Cuando le sorprende la muerte estaba investigando sobre cuaterniones.

Sus últimos escritos demuestran su enorme maestría en investigación matemática. Ella escribe: "Tengo 92 años..., mi memoria para los acontecimientos ordinarios es débil pero no para las matemáticas o las experiencias científicas. Soy todavía capaz de leer libros de álgebra superior durante cuatro o cinco horas por la mañana, e incluso de resolver problemas".

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