sofia kovalévskaya
Sofia Vasílievna Kovalévskaya (su nombre se translitera como Sophie, Sonya, Sonja o Sonia), nacida en Moscú en 1850, fue la primera matemática rusa de importancia y la primera mujer que consiguió una plaza de profesora universitaria en Europa. Destacó por importantes contribuciones originales en análisis, ecuaciones diferenciales y mecánica.
Procedente de una familia gitana rusa, de buena formación académica, Sofía era también descendiente de Matías Corvino, rey de Hungría. Vivió su infancia en Bielorrusia y ya desde niña se aficionó a lectura y la poesía. Uno de sus tíos, amante de la lectura y apasionado de las matemáticas, influyó en su pensamiento.
Guiado por el tutor de su familia, comenzó sus primeros estudios reales de matemáticas. A los trece años empezó a mostrar muy buenas cualidades para el álgebra. Cuando su padre decidió interrumpir las clases de matemáticas, Sofia siguió estudiando por su cuenta con libros de álgebra y así, aquello que nunca había estudiado lo fue deduciendo. Un profesor, al descubrir las facultades de Sofia, habló con su padre, facilitando su ingresó en 1869 en la Universidad de Heidelberg, donde asistió como oyente durante dos años, para después retomar las clases particulares, bajo la supervisión de Karl Weierstrass en la Universidad de Berlín, durante cuatro años.
A la par que sus estudios, comenzó su doctorado. En 1874 presentó tres trabajos a la Universidad de Gottingen para su tesis doctoral, obteniendo su doctorado en matemáticas con sobresaliente, sin tener que rendir los exámenes ni asistir a las clases requeridas. Se convirtió en la primera mujer con dicho título.
De sus trabajos para la tesis, dos trataron sobre matemáticas y otro sobre astronomía; el primero de estos trabajos apareció en una publicación matemática a la que contribuían las mentes más privilegiadas (“Sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales”, que aparece en el Journal de Crelle).
Gracias a Mittag-Leffer, Sofia trabajó a prueba durante un año en la universidad de Estocolmo, donde escribiría el más importante de sus trabajos, donde resolvía algunos de los problemas a los que matemáticos famosos habían dedicado grandes esfuerzos. En 1884 la nombraron Profesora Extraordinaria y se convirtió en la Directora de Acta Mathematica y en 1889 fue nombrada Profesora Titular en la Universidad de Estocolmo, siendo la primera mujer en obtener un puesto como titular.
En 1888 presentó el artículo “Sobre la rotación de un cuerpo sólido alrededor de un punto fijo”, por el que ganó el Prix Bordin de la Academia Francesa de Ciencias por lo que hoy se conoce como el “Kovalevsky top”. Antes de este trabajo, sólo se había estudiado el movimiento de un cuerpo rígido alrededor de un punto fijo para dos casos en los que el cuerpo era simétrico. En su artículo, Sofía desarrolló la teoría para un cuerpo no simétrico cuyo centro de masa no se encuentra sobre el eje del mismo. El trabajo fue tan apreciado que el monto del premio fue aumentado de 3000 a 5000 francos.
En 1891, Sofia murió de neumonía, con apenas 41 años. Durante su carrera publicó diez artículos en matemática y física matemática y varias obras literarias. Muchos de estos trabajos fueron teorías pioneras o el punto de partida para futuros descubrimientos. Entre otros honores póstumos, el cráter lunar Kovalevskaya lleva su nombre y la Fundación Alexander Von Humboldt, de Alemania, entrega el premio Sofia Kovalevskaya a los investigadores jóvenes más prometedores.